La segunda mitad de febrero 2017 trae colores, disfraces y diversión a las calles de diferentes ciudades y pueblos checos dado que se celebra la temporada de carnavales que precede al Miércoles de Ceniza y la Cuaresma de la Pascua. En el país los carnavales se conocen bajo el nombre de masopust, la expresión que hace referencia a dejar, no comer la carne. Este año las fiestas culminarán el martes 28 de febrero.
Se trata de un fenómeno renacido que festeja la alegría y la unión humana, evocando las históricas fiestas alegóricas que tenían lugar en el territorio checo desde la Edad Media. Los carnavales los festejaban tanto los campesinos, como los burgueses y la nobleza. De hecho, los eventos más opulentos se llevaban a cabo en las cortes aristocráticas.
A los visitantes de los desfiles les esperan máscaras originales, ideas contemporáneas brillantes, y una exhibición de creatividad y capacidades únicas. En el pasado, los disfraces tenían su fuerte significado simbólico, vinculado con el año agrario.
Por ejemplo, las máscaras de osos y caballos se relacionaban con la prosperidad y fertilidad. Al contrario, los disfraces negros simbolizaban demonios y fuerzas negativas. Se pueden ver también turcos con sus coloridos trajes orientales, o los hombres de paja que simbolizan la fecundidad.
Las procesiones caminaban de casa en casa, recibían aguinaldos en forma de comida, bebida y dinero, y al final se daba un baile. Sin embargo, estas tradiciones antiguas se perdieron en gran parte, y en las últimas dos décadas se van recuperando poco a poco.
También la gastronomía juega un papel importante en la época de carnavales. Predominan comidas grasosas y pesadas, basadas en la carne, dado que las personas deberían comer lo suficiente para aguantar la cuaresma. Además de rellenas, salchichas y chicharrones, pueden degustar los típicos pasteles o comidas dulces.
Varios eventos invaden las calles, plazas, museos, pero también teatros o escuelas de diferentes barrios de la capital. El programa en Praga abarca un sinnúmero de actividades culturales y sociales como son fiestas, desfiles, talleres, espectáculos de teatro callejeros en los lugares públicos, conciertos, bailes.
Por ejemplo, el sábado 25 de febrero en el bonito parque de Letná los visitantes podrán aprender a crear su propia máscara, o por lo menos, dejar pintar su cara por los expertos.
No obstante, también fuera de Praga pueden disfrutar de estas festividades, tal vez aún más tradicionales. Los carnavales de los municipios de Vortová, Studince y Hamry, ubicados en los alrededores de la ciudad de Hlinsko (Bohemia del Este), fueron inscritos en la lista del Patrimonio cultural inmaterial de la Unesco por su autenticidad en 2010. Los habitantes pasan esta antigua costumbre de una generación a otra, en forma casi no alterada. Hasta hoy en día solo los hombres se disfrazan, los disfraces llevan más de 200 años conservando su mismo aspecto. Un colorido desfile de máscaras y artistas callejeros pueden apreciar también en los románticos rincones de la ciudad de Cesky Krumlov.
Fuentes: Radio.cz/es, KudyZnudy.cz. Foto 1, foto 2, foto 3.