En el mundo se encuentra un sinnúmero de edificios interesantes y admirables. Según una investigación científica, entre las primeras diez estructuras arquitectónicas más hermosas del mundo figura también la Casa Danzante, ubicada en la capital checa. Esta lista de 50 construcciones célebres está encabezada por la Catedral de San Pablo de Londres, seguida por el complejo de edificios Marina Bay Sands en Singapur y el Palacio de Westminster en Londres.
La selección de los edificios más bonitos del mundo se basó en el llamado número áureo (o número de oro), conocido particularmente en el mundo artístico y de fotografía. Se trata de una proporción numérica de aproximadamente 1,618 : 1, considerada la proporción ideal. La Casa Danzante se acerca al número áureo del 66,87 por ciento, y en la lista superó, entre otras construcciones, la Basílica de San Pedro en Vaticano, la Casa Blanca, la Gran Pirámide de Guiza, pero también las maravillas del mundo moderno como son Petra en Jordania y la pirámide maya de Chichén Itzá en México.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el lugar donde está ubicada la Casa Danzante estuvo ocupado por una casa señorial que quedó arrasada tras los bombardeos sobre la ciudad. El espacio quedó vacío hasta que en los años 90 lo compró el grupo ING, que encargó a Frank Gehry, el arquitecto canadiense asentado en Estados Unidos, el diseño de un edificio que se convirtiera en símbolo de Praga. Gehry llevó a cabo este proyecto en la colaboración del arquitecto checo Vlado Milunic, gozando de total libertad artística.
La construcción, situada a orillas del río Moldava, junto al puente Jiráskuv en Praga, fue terminada en 1996. De estilo deconstructivista, la casa está compuesta por dos edificios entrelazados: el primero es una torre de cristal que se estrecha hacia la mitad, el segundo es fácilmente reconocible por sus ventanas no alineadas y sus formas curvas.
Originalmente Gehry llamó al edificio Fred and Ginger, refiriéndose a los famosos bailarines de Hollywood, Fred Astaire y Ginger Rogers, y a la semejanza de la construcción con una pareja de bailarines. Sin embargo, este nombre rara vez se utiliza, y el propio Gehry descartó ese nombre más adelante.
En la época de su construcción surgió polémica dado que la Casa Danzante destaca entre los edificios barrocos, góticos y de Art Nouveau del céntrico distrito de Praga. Según un sector de la población, uno de los edificios más jóvenes del centro de la capital no concordaba con otros estilos arquitectónicos. Sin embargo, el entonces presidente checo, Václav Havel, quien vivió durante décadas junto al edificio, apoyó activamente este proyecto con la esperanza de convertirlo en un centro de actividad cultural.
A pesar de los enormes costes del proyecto debido a las complicaciones técnicas, la Casa Danzante ganó varios premios de arquitectura y se convirtió en uno de los edificios modernos más queridos y más visitados de Praga. Tanta popularidad alcanzó esta obra que en poco tiempo se construyeron múltiples réplicas a lo largo de todo el mundo. Actualmente alberga varias oficinas, así que visitar el edificio por dentro no es posible. Lo que sí se puede hacer es comer en el restaurante que ocupa el último piso y cuenta con unas vistas panorámicas muy bonitas de Praga.
Fuentes: Novinky.cz, Praga.es. Foto 1, foto 2.