La fiesta del séptimo arte se vive en Karlovy Vary

Con 170 películas en pantalla, la edición 56 del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary marca, al menos desde las apariencias, cierto regreso a la normalidad después de dos años de pandemia. Esta gran fiesta de cine, la más prestigiosa de la Europa Central, empezó el 1 de julio y se prolongará hasta el 9 de este mes. La primera edición del festival se celebró en 1946, siendo éste el segundo festival de cinematografía más antiguo de Europa, después del de Venecia. Las mejores películas están galardonadas con el Globo de Cristal durante la ceremonia final. El hotel Thermal de Karlovy Vary se convierte en el centro del festival, sin embargo, las proyecciones y eventos acompañantes tienen lugar en toda la ciudad balneario.

Este año se inauguró un nuevo espacio multifuncional vinculado al canal de televisión del festival donde los visitantes pueden relajarse, bailar y disfrutar de alguna bebida. Lo interesante es que las mascarillas, que casi no se ven en las salas, pasaron a las pantallas como uno de los grandes temas que aparecen en muchas de las películas en exhibición, algunas de las cuales tuvieron su estreno mundial en el festival. Otro enfoque tiene que ver, por supuesto, con la guerra en Ucrania. Al respecto, el actor, director y guionista estadounidense Liev Schreiber, que tiene raíces ucranianas por parte de su abuelo, presentó en el marco del festival la organización BlueCheck Ucrania, que colabora y asiste al país afectado por la invasión.

Las otras dos grandes estrellas de esta edición son los “oscarizados” Benicio del Toro, que este viernes pisa la alfombra roja para presentar la proyección de la película Traffic (2000), de Steven Soderbergh, y el sábado recibirá el Premio del Presidente; y Geoffrey Rush. El actor australiano, que fue el primero de esa nacionalidad en ganar el Oscar, vivió uno de los momentos más especiales del festival cuando los espectadores le cantaron el feliz cumpleaños (acaba de cumplir 71) y él respondió, agradecido y conmovido, soplando velitas imaginarias. Rush, que también presentó la proyección de Shine (1996), de Scott Hicks, tuvo mucha sintonía con el público al contar que Los miserables, uno de sus primeros trabajos, fue filmado en los estudios Barrandov de Praga. Además, se refirió a la dificultad del idioma checo, incluyendo la pronunciación de algunas palabras checas.

Entre los invitados de habla hispana, uno de los más destacados fue el español Jonás Trueba, creador de películas como Todas las canciones hablan de mí, Los ilusos y La virgen de agosto. Trueba suele trabajar con un plantel de actores fijo y, de hecho, vino a presentar su flamante film Tenéis que venir a verla, con el actor Vito Sanz y su productor Javier Lafuente (en la foto). Otra presencia destacada es la del argentino Gastón Solnicki que, si bien estudió en Argentina, también completó su formación en Nueva York y tiene una presencia cada vez más importante en los más destacados festivales internacionales.

En esta ocasión, presenta su quinto largometraje A little love package, un film entre Viena y Málaga que tiene como elemento fuerte la improvisación, cuenta con la colaboración del escritor mexicano Mario Bellatin y está inspirado, en parte, en la ley que prohíbe fumar en bares y restaurantes que, en la capital austríaca, recién se reglamentó en 2019.

En cuanto a las películas, una de las más aplaudidas y cuyo debate posterior generó más interés fue el documental The killing of a journalist (El asesinato de un periodista) del estadounidense Matt Sarnecki. Se trata de un conmovedor trabajo de investigación sobre el asesinato del periodista Ján Kuciak y su novia Martina Kušnírová, que conmocionó a la sociedad eslovaca y tuvo repercusión a nivel internacional.

El programa detallado y más información pueden encontrar en la página web del evento: kviff.com.

Fuente: Espanol.radio.cz (Juan Pablo Bertazza). Foto 1, foto 2, foto 3.