El reconstruido castillo de Helfštýn recibió el Premio Checo de Arquitectura

La República Checa se destaca por la cultura de los castillos. De hecho, en el país se encuentran aproximadamente 2500 monumentos de este tipo. Teniendo en cuenta la superficie y población checa, se trata de uno de los países con mayor densidad de castillos en todo el mundo. Entre los más interesantes pertenecen los castillos amueblados y repletos de objetos privados como adornos, cristalería y hasta diarios que permiten imaginar cómo se vivía en distintos períodos de la historia.

Si bien los castillos más conocidos y más visitados por los extranjeros son los ubicado en los alrededores de Praga, hay otros que resaltan por sus particulares características. Uno de ellos es el castillo de Helfštýn en la región de Olomouc, a 15 kilómetros al este de la ciudad de Prerov. Se alza en una pequeña colina boscosa y esconde una historia tan larga y movida como la propia República Checa.

Helfštýn, establecido en el siglo XIII, fue asediado y cambió de propiedad infinidad de veces. En total, fueron ocho siglos durante los cuales el castillo fue testigo, y a veces, hasta protagonista del pasado checo. Vivió las escaramuzas suecas y danesas en plena Guerra de los Treinta Años o los tiempos en los cuales protegía de manera inexpugnable a Moravia de la amenaza turca. Las labores de conservación del castillo se iniciaron a principios del siglo XX y para la década de los 70 se desarrollaban allí extensas investigaciones arqueológicas.

Recientemente, el Instituto del Patrimonio Nacional convocó un concurso con el fin de reconstruir este monumento importante. La institución finalmente eligió a los arquitectos Miroslav Pospísil y Martin Karlík quienes se volvieron los artífices de hacer realidad este proyecto que recibió el Premio de Arquitectura Checa de este año.

Los jóvenes arquitectos se esforzaron en crear un conjunto ecléctico que combinara el estilo original del lugar con una visión más moderna. Por eso conectaron la planta baja con los niveles superiores dentro de los propios muros. También agregaron una serie de terrazas con el fin de permitir a los visitantes contemplar el paisaje de la campiña morava que rodea el castillo. A la vez, enfocaron su trabajo en adaptar los exteriores para hacer los accesos más transitables. El castillo asimismo cuenta con los techos de vidrio dado que los arquitectos quisieron mantener la característica anterior del monumento donde la luz entraba en las habitaciones desde arriba.

El jurado de la Cámara Checa de Arquitectos, la entidad que otorga el premio, resaltó lo valiente e innovador que fue esta propuesta. No se trató de un simple trabajo de conservación, sino que los arquitectos decidieron dar un paso más allá incorporando una nueva adición al edificio histórico.

El Premio de Arquitectura busca promover y difundir los proyectos más interesantes de los profesionales del sector. En la edición 2021, varios trabajos recibieron también distinciones honoríficas por parte del jurado. Por ejemplo, la reconstrucción del restaurante del Salón 17 de noviembre de la Facultad de Humanidades de la Universidad Carolina de Praga, a cargo de la firma Kuba & Pilar, o el Centro Comunitario en la ciudad de Zidlochovice, en Moravia del Sur, diseñado por el estudio Jura et consortes.

Fuentes: Espanol.radio.cz-1 (Juan Carlos Ferradans, Tom McEnchroe), Espanol.radio.cz-2. Foto 1, foto 2 – 3.