A mediados de mayo fue inaugurada una atracción turística para los amantes de la infraestructura quienes no tienen vértigo. Se trata de un nuevo puente peatonal colgante que gracias a sus 721 metros de longitud se inscribe como el más largo del planeta. De ahí su nombre: Sky Bridge 721.
Situado en la estación de alta montaña de Dolní Morava, en el noreste de la República Checa, la nueva pasarela se eleva a 95 metros de altura del suelo y a 1 125 metros sobre el nivel del mar. Conecta dos cadenas de montañas – Orlické hory y Jeseníky – sobre el majestuoso valle del arroyo Mlýnský.
Dado que tiene unos 120 centímetros de ancho, solo está permitido el paso de peatones en caso de animarse a cruzarlo. No se admiten bicicletas, sillas de ruedas ni carritos de ni?os. Visto desde la punta, el puente parece remontar casi verticalmente. Pero es solo el efecto óptico provocado por su longitud, no se tiene que escalar nada. De hecho, su desnivel es de apenas 10 metros desde el comienzo al final gracias a un sistema de tirantes completamente seguro. Soporta 360 toneladas.
La pasarela promete vistas espectaculares de las montañas envueltas en nubes y la impresionante masa forestal que se despliega infinita hasta el límite del horizonte.
Es una experiencia electrizante, aunque un poco aterradora. Se puede cruzar, previa reserva online (aquí), todos los días de 9.00 a 20.00 horas en los meses de junio, julio y agosto. Puede pasar que algunos días las visitas se cancelarán por cuestiones de seguridad, por ejemplo, cuando los vientos alcancen los 135 km/h. El pase cuesta 14 euros y el paseo dura aproximadamente dos horas dado que acaba en un sendero interpretativo que hace más entretenida la vuelta al punto de origen. El Puente de Tiempo tiene 2 km de largo y, además de disfrutar del entorno natural, los turistas podrán sumergirse en una experiencia de realidad aumentada. Este juego educativo incluye también un videojuego interactivo y cubre temas como la protección del medio ambiente y la historia del lugar desde 1938 hasta 2022. Entre otras cosas, aparecen soldados con uniformes de la década de 1940 y algunos vehículos de esa época.
La construcción del puente, que posee una estructura con seis cuerdas principales y otras sesenta de viento, ha demandado dos años de trabajo y algo más de 8 millones de euros. Fue realizada casi exclusivamente por empresas checas de la región, utilizando componentes de origen checo. Solo las cuerdas provienen de una empresa italiana dado que fue la única en toda Europa que pudo suministrar las cuerdas de longitud y fuerza requerida.
Originalmente, el equipo no se había planteado batir ningún record, sino encontrar la forma y el tipo de puente ideal para conectar dos cumbres. La naturaleza misma fue la que fijó la longitud que se presenta hoy.
Fuentes de la administración de Dolní Morava esperan a unos 300 000 visitantes en la temporada de verano. La pasarela fue diseñada para recibir a unas 500 personas a la vez, pero en los primeros 14 días se permite a un máximo de 250 turistas en un mismo momento. La región de Dolní Morava ofrece también otras actividades invernales y veraniegas para los apasionados a los deportes de montaña y a la adrenalina. Además de senderos, pistas de esquí o circuitos de descenso de BTT, está el Sky Walk, una espectacular estructura de madera que soporta un divertido tobogán con vistas sobre estas montañas checas.
Fuentes: Viajes.NationalGeographic.com.es, Espanol.radio.cz, Xataka.com. Foto 1, foto 2, foto 3.